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Web El Universal

10 abril 2006

Guerra contra los nacionalistas vascos y catalanes


No entiendo porqué sorprenden tando las declaraciones de Alfonso Guerra a propósito del difunto Plan Ibarretxe o del Estatut de Catalunya. Las opiniones vertidas por el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados son totalmente coherentes con la posición ideológica que ha mantenido siempre este político socialista. Por supuesto, las reacciones desde bastiones nacionalistas no se han hecho esperar.

Es mi impresión que en España se vive uno de los momentos más esperenzadores de nuestra joven democracia después del alto al fuego permanente de ETA. Se abre una nueva etapa donde la normalidad política se podrá por primera vez extender a todo el territorio. Es decir, una democracia pura sin la amenaza terrorista interna, como ocurre en todos los otros estados de la Unión Europea. Precisamente ahora es más importante que nunca que los políticos expresen con toda claridad su idea de España y de todos los territorios: naciones y regiones que actualmente la componen. Luego nos tocará a los ciudadanos ejercer nuestro libre derecho de decidir votando lo que queremos para España, Euskadi, Catalunya o Europa.

Es primordial que se respeten todas las opiniones, siempre que éstas se encuentren dentro del marco de la democracia. Esto querría decir que España hubiera, por fin, alcanzado la madurez de edad. Lo cual no sería poco cuando hacer 25 años que salíamos de una larga dictadura.

Soy optimista pero cauteloso. El tiempo dirá qué ocurrirá en estos pueblos peninsulares e isleños que, pase lo que pase, están condenados a entenderse y respetarse.